El enfoque central del artista que labora con sonidos es la escucha activa, desde ella se irá estructurando
todo el proceso de construcción de sus obras: primero se escucha atentamente la fuente
que ha elegido o encontrado, luego registra la materia sonora con sus principales herramientas que
son el micrófono y el grabador, y posteriormente escuchará con análisis y reflexión, para así elegir los
fragmentos idóneos para la creación.